Aureliano de Beruete y Moret (Madrid, 1845-1912) desarrolló una corta carrera política -fue tres años diputado en el Congreso- tras doctorarse en Derecho. Sin embargo, fue la pintura su auténtica vocación desde su juventud y a ella se dedicó desde que, cercano ya a la treintena, se matriculó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí entrará en contacto con el paisaje realista al aire libre, trabando una gran amistad con su maestro Carlos de Haes.
En 1877 será uno de los socios fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, en unión de personalidades como Salmerón, Gumersindo de Azcárate o Francisco Giner de los Ríos. Considerados como antecedentes de los integrantes de la Generación del 98, y conscientes de la decadencia del país, los institucionistas rechazarán la España “oficial” en la búsqueda de una nueva definición de la identidad nacional, encontrando en su paisaje, sobre todo en el de la austera Castilla, el reconocimiento de la auténtica realidad española, algo necesario para su regeneración. Beruete, identificado con esta nueva valoración de la realidad geográfica, conectaría de inmediato con los postulados de Giner de los Ríos, uno de los principales teóricos del grupo, y transmitirá a través de sus cuadros su idea del paisaje, propugnando su reconocimiento como género moderno, el más adecuado para aunar observación empírica e idealismo identitario.
Viajero impenitente, recorrerá buena parte de España y Europa, siempre en la búsqueda de nuevos paisajes que captar, muestras y museos que visitar, o conciertos a los que asistir. El pleno ejercicio de su diletantismo se jalonará con su afición al coleccionismo pictórico, la presencia de sus obras en certámenes, la organización de exposiciones dentro y fuera de España, o la crítica e investigación en la historia del arte. Todo ello se puede poner en relación con la fascinación que le supuso su contacto con el paisaje de Toledo, ciudad a la que vendrá anualmente durante casi dos décadas (de 1893 a 1911) y que plasmará en más de doscientas obras. En esta exposición se recoge una pequeña pero significativa muestra de su producción, desde el realismo hasta los principios del fauvismo, pasando por la influencia del impresionismo.