INTRODUCCIÓN
Un museo nunca debe ser una caja fuerte donde se guardan objetos singulares de civilizaciones pasadas, inalcanzables, incomprensibles, descontextualizados e inertes para el público que lo visita. En 1985 la Ley del Patrimonio Español, poniendo en práctica un derecho contemplado en la Constitución de 1978, expresó con claridad que son los ciudadanos quienes, al conocer y estimar sus bienes patrimoniales les proporcionan su verdadero valor, convirtiéndolos en parte fundamental de su identidad cultural. Por esta misma razón el acceso a dichos bienes constituye un derecho fundamental de toda persona independientemente de su raza, edad o capacidad.